CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 9/7/2023

MIEDO A PERDERSE ALGO

Hace unos años que se ha introducido en nuestro vocabulario el término FOMO, acrónimo del inglés Fear of Missing Out, que se traduciría como miedo a perderse algo. Esto se entendería como la ansiedad que padecen algunas personas al pensar que están perdiéndose una experiencia interesante, divertida o significativa que otros están viviendo y de las cuales se sienten excluidas. Estudios recientes confirman que la mayoría de personas invierten entre 4 y 6 horas al día visionando feeds (fotos que un usuario sube a su perfil de Instagram ordenadas de manera temporal), donde se pueden ver amigos o conocidos en eventos, vacaciones, cenas o momentos, aparentemente inolvidables. Este sencillo e inocente gesto, se está convertido en un problema creciente, pues una constante exposición a la vida engañosamente perfecta de los demás, suele generar un sentimiento de insatisfacción con la nuestra propia. Aparte, la preocupación constante por no perderse nada hace que se entre en un estado de distracción y agitación mental incesante, lo que dificulta nuestra capacidad para vivir en el momento presente y disfrutar de nuestras propias experiencias. Y, en el periodo del año en que estamos, conviene recordar que uno de los objetivos principales de las vacaciones es la desconexión, lo que resulta complicado con un aparato en nuestro bolsillo que no deja de reclamar nuestra atención. Desgraciadamente, hemos desarrollado una dependencia tan compulsiva al teléfono móvil, que ha acabado convirtiéndose en una extensión de nuestro cerebro. Y, aunque reconocemos que esta vigilancia continua resulta insatisfactoria y poco saludable, cuesta mucho renunciar a ella. Cultivar la conciencia, establecer límites saludables en el uso de las redes sociales y encontrar complacencia en nuestras propias vidas, son algunas estrategias clave para superar los peligros del FOMO. Recordemos que nuestra vida es valiosa y significativa, independientemente de lo que veamos en las pantallas de nuestros dispositivos. Sentir que la vida de los demás es más interesante que la nuestra es triste y preocupante. Porque el propósito de la vida es vivirla, saboreando nuestras experiencias al máximo. www.carloshidalgo.es

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