LA MALDICIÓN DE GUTTMANN
La semana pasada el Villarreal selló su presencia en Europa. La Europa League es la segunda copa en importancia tras la Champions League, y en contadas ocasiones un equipo recién ascendido la ha jugado el año siguiente. El próximo miércoles se juega la final de este año entre el Sevilla y el Benfica. Curiosa es la historia del club portugués que llega a su octava final europea desde la maldición del entrenador Béla Guttmann, quien auguró una sequía de títulos después de hacerle campeón continental hace 52 años. Guttmann, entrenó al Benfica en la temporada 1959-60 ganándolo todo. En su segunda temporada, incorporó a Eusebio (la pantera de Mozambique), obteniendo su segunda Copa de Europa consecutiva (1960-1961 y 1961-1962). Instalado como rey de Europa nadie podía imaginar que su gloria estaba a punto de desvanecerse. El entrenador pidió un aumento de sueldo que no fue concedido por el equipo capitolino. Guttmann encolerizó y pronunció su famosa frase: “Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una Copa de Europa en cien años”. En aquel momento pareció una bravuconada, pero la afición y los jugadores han sufrido esta maldición. En 1990 el Benfica llegó a una nueva final de Copa de Europa en Viena, donde está enterrado Guttmann. El club tuvo la idea de llevar flores a la tumba y rezar antes de disputar la final. Pero de nuevo perdió. 7 finales llevan perdidas (1963, 1965, 1968, 1983, 1988, 1990 y 2013), en los 52 años de la maldición. El próximo miércoles sabremos si por fin la maldición termina o si aún faltan 48 años para ello. www.carloshidalgo.es