Aplicaciones para citas
Tinder, Match, Meetic, eDarling o Grindr son solo algunas de las aplicaciones de citas online disponibles hoy en día. En las dos últimas décadas, estas apps han modificado el panorama de las citas, cambiando la forma de buscar pareja. Se calcula que el 45% de las parejas heterosexuales y el 60% de las homosexuales se han conocido por este medio. Estas abrumadoras cifras, certifican que la forma de relacionarnos se ha transformado con el auge de las nuevas tecnologías y del uso generalizado de los teléfonos inteligentes. Y es que hace mucho tiempo que el empleo de estas aplicaciones ha dejado de ser una excepción para convertirse en una opción habitual cuando se busca una relación. Registrarse es fácil: Se suben unas fotos (favorecedoras), se señalan nuestros intereses y se realiza una pequeña explicación que nos describa. A partir de ahí, un algoritmo empieza a buscar a personas afines que puedan coincidir con nuestras preferencias. En cuanto a los resultados, hay quien asegura que ha encontrado el amor, mientras que a otros les ha servido para tener encuentros fugaces o para aumentar su círculo de amistades. Sea como fuere, lo cierto es que esta manera de relacionarnos ha dado lugar al surgimiento de un nuevo término: el amor líquido. Este se caracteriza por la fugacidad y superficialidad del vínculo que se crea, pues con frecuencia se cae en la tentación de la inmediatez, la fugacidad, buscando siempre a alguien nuevo, una especie de consumismo puntual que da satisfacción a una necesidad momentánea y que, seguidamente, se produce el descarte. Esto hace que no se llegue a profundizar, con lo que no se consigue conocer realmente al otro. Y dar tiempo a una relación es clave para que tenga futuro, también a nivel virtual, pues las relaciones crecen a partir de la confianza y la solidez. Porque el mejor fuego no es el que se enciende rápidamente. www.carloshidalgo.es