El Bio-Bac
Esta semana ha comenzado el juicio contra los responsables de la venta del fármaco, supuestamente anticáncer, Bio-Bac acusados por dos delitos contra la salud pública y otro por registro, distribución y venta del Bio-Bac. Puesto en circulación en 1998 como medicamento destinado al tratamiento de enfermedades relacionadas con síndromes de inmunodeficiencia, autoinmunidad y enfermedades articulares, se vendió como fármaco idóneo para pacientes aquejados de Sida, cáncer, artrosis y hepatitis. En 2002 el Ministerio de Sanidad paralizó su venta al demostrar que el producto era elaborado por un laboratorio autorizado sólo para productos veterinarios. Es más, éste era enviado a una finca (propiedad del principal acusado), donde era el personal del servicio doméstico quien lo envasaba, etiquetaba y almacenaba. El colmo era la “versión inyectable”, pues uno de los procesados contaba con una máquina encapsuladora que no garantizaba la mínima asepsia, con el consiguiente peligro de contaminación, como así ocurrió. No hay mayor bajeza humana que intentar aprovecharse de una persona gravemente enferma dándole una expectativa irreal sobre un medicamento, intentando con ello sacar provecho de la desesperación. La desprotección que sufrimos frente a industria farmacéutica conviene ser denunciada. Henry Gadsden, ex director de la compañía Merck, dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Con este concepto como principio fundamental, la industria intenta expandir los límites de las enfermedades, ampliando los parámetros del riesgo, publicitándolas e incluso rebautizando afecciones comunes con sonoros nombres. En definitiva tratar de convencer a gente sana de que está enferma, y a gente levemente enferma, de que está muy enferma (disease mongering). Vomitivo. www.carloshidalgo.es