CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Premios Darwin

Premios Darwin El sentido común es aquello a lo que nos referimos cuando queremos hablar sobre el conocimiento que todos compartimos. Aquello que consideramos básico y evidente, conclusiones a las que llegamos casi automáticamente al tratar de analizar lo que percibimos, siendo un concepto muy anclado a la sabiduría popular. Pero la realidad es que no todo el mundo tiene esa capacidad para razonar con mesura y prudencia, para responder ante una eventualidad. Y es que hay personas que a lo largo de su vida realizan grandes contribuciones a la Humanidad, y hay otras que también lo hacen, pero por omisión, es decir, cuando desaparecen. Los Premios Darwin nacieron en 1985 para rendir homenaje a estas últimas. Los nominados son personas que han sufrido accidentes absurdos a consecuencia de decisiones sin sentido, sin aplicar el sentido común, como resultado de los cuales incluso han muerto. Se supone que, con su paso a otra vida, mejoran la especie humana al dejar fuera del “circuito” unos genes capaces de tomar semejantes decisiones. El candidato debe estar en su sano juicio, no tener ningún tipo de discapacidad y tiene que ser su propia imprudencia la que origine el accidente de fatales consecuencias. Entre ellos, destaca el premiado en 2003 cuando se llevó el galardón una persona que murió al iluminar un depósito de combustible con su mechero porque quería comprobar si era inflamable. Aunque quizás el máximo exponente se lo lleve el terrorista que murió cuando abrió su propia carta bomba, que había sido devuelta por franqueo insuficiente. En definitiva, desventuras reales y fatales que ilustran la falta del más común de los sentidos. www.carloshidalgo.es

Co-rumiación

La co-rumiación Estamos en pleno verano, momento óptimo para seguir disfrutando de uno de los mayores placeres terrenales: quedar con los colegas. Ocurre que, determinados amigos, tienden a rumiar sobre los mismos problemas una y otra vez, repasando con detalle, a pesar de haberlo hecho muchas veces, su última ruptura o un desencuentro en el trabajo. Es natural buscar el apoyo de personas cercanas cuando nos enfrentamos a alguna situación adversa, pero cuando hablar constantemente de los problemas se convierte en la norma o patrón, es muy posible que solo se hable de la parte negativa de la vida, centrándonos en las emociones negativas que hay alrededor del problema. El término co-rumiación hace referencia, en psicología, al proceso en el que dos o más personas comparten y hablan repetidamente de sus preocupaciones. Y, aunque pensemos que la co-rumiación nos hace sentir más cercanos a nuestros amigos, involucrarse demasiado en ella suele tener un efecto negativo en la amistad. Mucha gente cree que, si se enfoca frecuentemente en un problema, de alguna manera se resolverá, pero lo que termina sucediendo es que esa rumiación incesante acaba generando más conflictos. Con el fin de evitar quedarnos atrapados en la sombra de la co-rumiación, hay que conectar también con las partes más livianas de la vida, no solo con las penas. La solución no es guardar los problemas para uno mismo, sino tomar conciencia de cuando se ha entrado en un bucle negativo, y poner límites. No olvides que tú no eres tus pensamientos, que son solo una parte de ti y se desvanecerán si no los retienes, ni le pones el foco de atención. www.carloshidalgo.es

Síndrome del ocio

EL SÍNDROME DEL OCIO La llegada del verano, y con él las vacaciones, suele ser sinónimo de relajación, disfrute y desconexión. No obstante, hay un numeroso grupo de personas que sufren el llamado síndrome del ocio, que aflora cuando se enfrentan a periodos largos de tiempo libre y no saben cómo desconectar de sus responsabilidades diarias. Llegados a este punto, más allá de evadirse y pasarlo bien, suelen sufrir estrés, ansiedad y frustración, pudiendo incluso enfermar. Uno de los factores que influyen en esta dificultad para evadirse tiene que ver con el modo de funcionar de la sociedad occidental actual. En general, estamos centrados en una manera de vivir enfocada en el hacer, en la productividad, en la constante realización de tareas y, como consecuencia, en el momento en el que hay vacaciones y hay que parar, la persona no sabe muy bien que hacer. Este síndrome tiene una mayor presencia en quienes sufren una gran carga de trabajo o soportan mucha responsabilidad, y también en personas perfeccionistas y autoexigentes que anteponen el trabajo a su propio bienestar. Hay quien cree que desconectar se consigue solo con dejar de trabajar. Pero esto no es tan fácil. Metafóricamente, es como dejar de pedalear cuando vamos a gran velocidad. No se puede frenar en seco, pues la inercia lleva a nuestra mente a buscar en qué ocuparse y mantener la misma energía a la que está acostumbrada, aferrándose a las preocupaciones y a la búsqueda de tareas pendientes. Por eso, la primera idea que hay que “desaprender” es dejar de pensar que estar descansando, o permanecer sin hacer nada, es estar perdiendo tiempo o vida. www.carloshidalgo.es

Narcicistas

Narcicistas La ruptura de María José Suárez (actriz, modelo y presentadora) con Álvaro Muñoz Escassi (conquistador), tras tres años de relación, ha sido una de las noticias más polémicas de las últimas semanas. Mª José, tras comunicar con discreción el fin de su idílio, ha tenido que salir de nuevo a la palestra para desmentir a su marido sobre que tenían una relación abierta, motivo que ha esgrimido el donjuán para justificar su infidelidad. Por lo visto, era abierta solo para él. El perfil psicológico de este sujeto se ajusta a un trastorno de la personalidad narcisista. Los que lo padecen, están prendados de la imagen grandiosa, idealizada e inflada de ellos mismos. En general, un narcicista, tiene un patrón de pensamientos y conductas egocéntricas y arrogantes, con falta de empatía y necesidad excesiva de admiración por parte de los demás. Hasta tal punto esto es así, que se sienten infelices cuando no reciben los elogios o favores especiales que creen que merecen. Pero la realidad es que detrás de esto se esconde una frágil autoestima y un profundo sentimiento de inseguridad. Por eso, intentan brillar en lo que se les de bien, en este caso, ligotear. Se diría que cada conquista es alimento para su autoestima, motivo por el que suelen tener también el síndrome de Tarzán, ir de liana en liana, de una relación a otra, teniendo pánico a estar solos. Está demostrado que la gente, al envejecer, aumenta su madurez, pone en valor las relaciones estables y aumenta su responsabilidad hacia los demás, excepto los narcisistas que son resistentes al cambio, aunque esto les cause graves problemas. Una pena. www.carloshidalgo.es

Del revés 2

Del revés 2 La maestría de Pixar para presentar conceptos complejos sobre la mente humana, simplificándolos y haciéndolos asequibles para todos los públicos, es una de los grandes logros de sus películas. Del revés 2 ya está en los cines, convirtiéndose en la cinta de animación más taquillera de la historia en España. El filme, dirigido por Kelsey Mann, presenta emociones secundarias como la ansiedad, la envidia, el aburrimiento, la vergüenza o la nostalgia, que se suman a las 6 emociones básicas ya vistas en la primera parte: alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco e ira. Las emociones secundarias aparecen en el ser humano como consecuencia de la socialización, tras las emociones básicas, quienes se manifiestan, con una gran carga genética, desde el nacimiento. Riley, la niña protagonista, cumple 13 años, entrando de lleno en la adolescencia, lo que comporta la búsqueda de independencia y la pérdida de la inocencia típica de la edad. La ansiedad es la emoción secundaria a la que más tiempo dedica la película. Ésta, no es otra cosa que una respuesta de lucha o huida, ante un peligro real o imaginario, en la que nuestro organismo activa el sistema nervioso central. Tal como aparece en la cinta, la ansiedad no aparece para hacernos daño, sino para avisarnos de un posible peligro, real o imaginario. Solo se convierte en problema cuando esta respuesta asoma cuando no debería hacerlo o cuando lo hace de manera excesiva. Así, cuando nos vemos sobrepasados por ella, se convierte en una ansiedad desadaptativa, pero que, por muy desagradable que sea, nunca será peligrosa y, como el resto de emociones, será breve y pasajera. www.carloshidalgo.es

La generación ansiosa

La generación ansiosaCada vez hay más estudios que certifican que el uso indiscriminado del teléfono móvil está causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes. Esta es la primera generación, que entró en la pubertad sobre el 2010, que ha crecido con una conectividad total en una especie de mundo virtual. Paradójicamente, esto se debe en parte a que los padres, temerosos del peligro de la calle, intentan sobreproteger a sus hijos de la vida real, siendo muy laxos con el contenido que les dejan ver, quedándose así desamparados en el universo online. Esta circunstancia ha inhibido en los jóvenes su capacidad para explorar, ensayar y equivocarse, que es lo que en verdad les hace resilientes en la adultez. Les ha convertido en una generación indefensa, con miedo al miedo, a la mirada del otro, a la relación social, al aburrimiento … pasando de una niñez basada en el juego, a una basada en el teléfono móvil. Las redes sociales, que funcionan con el llamado refuerzo intermitente, patrón altamente adictivo, hace que el cerebro busque con ansía su dosis de dopamina dejándolos atrapados en esa adicción. Los algoritmos de las redes sociales muestran videos cortos que hacen que se permanezca en la plataforma mucho más tiempo del deseable. Y así, se acaba sucumbiendo a retos virales estúpidos, provocando una falta de concentración cada vez mayor, con su consecuente fracaso escolar. Además, la actitud siempre vigilante sobre el teléfono, fomenta un estado ansioso, pues la mente no llega nunca a relajarse debido a la tensión sostenida a lo largo del tiempo, que genera que el cerebro esté funcionando acelerado todo el día. www.carloshidalgo.es

Figuras de referencia

Figuras de referencia En enero de 2020, la actriz Mariam Hernández dio a luz a su hija Nahla, a través de un donante anónimo por inseminación artificial. La actriz argumentó que en ese momento de su vida se encontraba sin pareja y tenía el deseo de ser madre. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, en una reciente entrevista para el podcast La vida secreta de las madres, la actriz confesó que jamás tendría un hijo con padre haciendo hincapié en la libertad que tiene ella con su hija en cuanto educación, alimentación o forma de ver la vida. Conviene tener presente que un padre, al igual que una madre, es una figura de suma importancia en el desarrollo emocional, físico y social de un menor. Todos los estudios demuestran que los niños que se han beneficiado de la presencia de un padre interesado en su vida académica, emocional y personal, son más sociables, tienen mayor autocontrol, una autoestima más elevada y desarrollan más empatía hacia los demás. Así, cuando los cuidadores responden de manera consistente y sensible a las necesidades de su hijo, éste desarrolla una sensación de confianza en sí mismo, lo que se traduce en seguridad y estabilidad emocional. De esa manera, viviendo una relación de calidez y receptividad emocional, el menor establece un apego seguro con sus referentes sintiéndose querido y aceptado. Porque, aunque el amor de una madre sea significativo y especial, tener una figura paterna activa desempeña también un papel sustancial y valioso en el desarrollo saludable de un hijo. Que es encomiable criar sola, pero no por ello se debe despreciar el referente masculino. www.carloshidalgo.es

Vacaciones de verano

Vacaciones de VeranoMañana es 1 de julio, momento anhelado por muchos de los que comienzan sus vacaciones de verano. Este período del año, no solo ofrece momentos de descanso y diversión, sino que también tiene un beneficio psicológico al reducir el estrés, por distanciarse de las responsabilidades, presiones laborales u otros compromisos. Debido a que se está en un entorno diferente, el cerebro se relaja y disminuye la producción de cortisol, la hormona del estrés. Además, al tener más tiempo para uno, se realizan actividades que agradan y generan bienestar, como leer, hacer ejercicio o simplemente descansar. Otro beneficio es que se fortalecen las relaciones sociales, pues se comparten más momentos con amigos y seres queridos, lo que brinda una sensación de conexión y apoyo emocional. Sin embargo, el periodo vacacional, también puede tener un impacto negativo en la salud mental, pues hay personas que el calor extremo y la humedad les causa irritabilidad, fatiga y malestar. Por otro lado, la presión social por aprovechar al máximo el tiempo libre, y las expectativas de felicidad constante, pueden generar ansiedad y comparaciones con los demás, sobre todo en los más introvertidos. De hecho, por mor de las redes sociales, es muy probable que veamos idílicas y mágicas las vacaciones de nuestros conocidos y amigos, lo que sin duda generará sentimientos de malestar al considerar que las “vacas” de los demás son mejores que las nuestras. Así que lo mejor es ocuparse de nuestro espacio, nuestro tiempo y nuestros actos, porque la comparación es un ladrón de felicidad. Y es que no se observa la taza del otro si no es para llenarla. www.carloshidalgo.es

Wu Wei

Wu wei (la inacción)Tener un momento de ocio, dedicando unos instantes del día a suspender toda acción, observando lo que sucede alrededor, puede ser muy beneficioso para nuestra salud física y mental. Este es un hábito promovido por todas las civilizaciones antiguas dedicadas al desarrollo de la conciencia. Así, el Taoísmo, filosofía oriental surgida hace más de 2000 años, habla del arte de la no-acción o, en su idioma original, Wu wei. Esta práctica implica dejar ser, permanecer en la quietud, observando la vida que nos rodea desde la calma. Como podemos imaginar, para nuestra acelerada mente occidental, ponerlo en práctica implica un enorme desarrollo de serenidad y sosiego, capacidades que por nuestro estilo de vida vamos perdiendo. Wu wei no es pereza o pasividad, es saber hacer pausas cuando es necesario, buscando la paz interior, siendo una noción que invita a enfrentarse a una situación de manera natural, sin forzar nada. Una habilidad básica a desarrollar en el Wu wei es aprender a dejar de preocuparnos tanto. No se trata de ignorar los problemas y conflictos que surgen en la vida, sino de poner las cosas en perspectiva y darles solo la importancia que tienen. Este concepto se puede entender mejor a través de una metáfora natural cómo el agua, símbolo recurrente debido a su capacidad para fluir sin esfuerzo alrededor de los obstáculos, teniendo una fuerza tremenda. El agua no lucha, simplemente se adapta a las circunstancias, porque el manantial no pregunta por el camino. En definitiva, el Wu wei nos invita a observar, adaptarnos y fluir con los acontecimientos, en lugar de forzar soluciones o actuar impulsivamente. www.carloshidalgo.es

LA PACIENCIA

La paciencia Hemos convertido nuestra sociedad en el mundo del ¡ya! Nos cuesta cualquier tipo de espera. Hablamos o enviamos mensajes al andar o conducir, porque no nos han enseñado a esperar. Es como si todo tuviese que resolverse al momento para liberarnos de la ansiedad anticipatoria. Y, esta dinámica, nos agosta y debilita pues no se puede acelerar el ritmo de la vida y sus tiempos. Aunque queramos ir más deprisa, cultivando la impaciencia, todo en la vida tiene su proceso y desarrollo, y vivir a ritmo frenético, no nos beneficia. Ser paciente es observar la vida y aprender todo lo que nos enseña, a la velocidad que marcan los ritmos naturales. Una gran definición es la que dice que la Paciencia es la Ciencia de la Paz. No se podría definir mejor. La paciencia es una virtud que, a menudo, se subestima en la vida diaria y, sin embargo, su importancia es fundamental para nuestro bienestar emocional, ya que permite mantener la calma en situaciones límite, ayuda a tomar decisiones más reflexivas y permite perseverar en momentos de dificultad. Dejar que las cosas fluyan, no significa, sentarse a ver la vida pasar. Fluir con la vida significa marcar un rumbo desde la calma, sin pretender llegar antes de tiempo. Así, la paciencia nos enseña a valorar el proceso tanto como el resultado, a disfrutar del viaje sin obsesionarnos con la meta. Porque la paciencia no es solo la capacidad de esperar, sino la habilidad de mantener una buena actitud mientras se espera, ya que la mayoría de las cosas que valen la pena en la vida requieren de tiempo. www.carloshidalgo.es