La co-rumiación
Estamos en pleno verano, momento óptimo para seguir disfrutando de uno de los mayores placeres terrenales: quedar con los colegas. Ocurre que, determinados amigos, tienden a rumiar sobre los mismos problemas una y otra vez, repasando con detalle, a pesar de haberlo hecho muchas veces, su última ruptura o un desencuentro en el trabajo. Es natural buscar el apoyo de personas cercanas cuando nos enfrentamos a alguna situación adversa, pero cuando hablar constantemente de los problemas se convierte en la norma o patrón, es muy posible que solo se hable de la parte negativa de la vida, centrándonos en las emociones negativas que hay alrededor del problema. El término co-rumiación hace referencia, en psicología, al proceso en el que dos o más personas comparten y hablan repetidamente de sus preocupaciones. Y, aunque pensemos que la co-rumiación nos hace sentir más cercanos a nuestros amigos, involucrarse demasiado en ella suele tener un efecto negativo en la amistad. Mucha gente cree que, si se enfoca frecuentemente en un problema, de alguna manera se resolverá, pero lo que termina sucediendo es que esa rumiación incesante acaba generando más conflictos. Con el fin de evitar quedarnos atrapados en la sombra de la co-rumiación, hay que conectar también con las partes más livianas de la vida, no solo con las penas. La solución no es guardar los problemas para uno mismo, sino tomar conciencia de cuando se ha entrado en un bucle negativo, y poner límites. No olvides que tú no eres tus pensamientos, que son solo una parte de ti y se desvanecerán si no los retienes, ni le pones el foco de atención. www.carloshidalgo.es