El Complejo de Casandra
En la mitología griega, Casandra era una de las princesas de Troya, hija de Príamo y Hécuba. De acuerdo con el mito, Casandra era asombrosamente hermosa y Apolo, fascinado por su belleza, le prometió el don de la profecía a cambio de convertirse en su amante. Casandra, aceptó el don, pero cuando Apolo acudió para convertirse en su amante, ésta le rechazó, provocando la ira del dios. Ofendido, la maldijo haciendo que sus predicciones, aunque certeras, no fueran creídas por los demás. Así, predijo el resultado de muchos eventos desastrosos, sin que nadie la tomara en serio. El ejemplo más memorable sucedió cuando anunció las graves consecuencias para los troyanos si aceptaban el famoso caballo de madera de sus rivales griegos. Basado en el mito de Casandra, se acuñó el término complejo de Casandra a las personas que suelen hacer vaticinios, a menudo catastróficos, pero que no son creídos por los demás. Uno de los mejores ejemplos de político histórico que padeció el síndrome de Casandra fue Winston Churchill, quien pasó varios años advirtiendo del peligro del rearme alemán y del ascenso al poder de Adolf Hitler, sin que nadie le hiciera el mínimo caso, hasta que el 10 de mayo de 1940 se convirtiera en primer ministro. Actualmente, la toma del poder autonómico catalán por parte de los independentistas de ERC se debe al hundimiento de CIU, partido que recordemos ganó todas las elecciones democráticas (siempre por mayoría) hasta 2015. En 2005, siendo presidente de la Generalitat Pascual Maragall, en una intervención parlamentaria, espetó al líder de CIU, Artur Mas: “su problema es el 3%”. Desde el partido se vendió que era una frivolidad, quitándole importancia al asunto. Y a los diez años el partido se desintegró. Y a Maragall, como a Casandra, nadie de CIU le creyó. www.carloshidalgo.es