CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Efecto Dunning-Kruger

  EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO              Artículo de opinión   28/11/2021

EL EFECTO DUNNING-KRUGER

El pasado miércoles, la Policía Nacional recuperó en Jaén una falcata íbera del siglo III aC. procedente de un expolio. La falcata era la gran arma de los guerreros íberos que causaba el horror entre las legiones romanas, obligadas a reforzar con hierro el borde de sus escudos para contrarrestar la potencia de su corte curvo. Agentes de la Policía Nacional iniciaron una investigación cuando descubrieron una publicación, en una conocida red social, en la que un usuario llevaba a cabo una consulta en relación al precio de venta de una falcata íbera sin amortizar (sin usar), con empuñadura de cabeza de ave, que tenía en su poder. Los cuerpos de seguridad dieron fácilmente con la persona que estaba ofreciéndola para su venta, acusándolo de un delito contra el patrimonio histórico y otro de apropiación indebida. Además, recuperaron otras 202 piezas arqueológicas (puntas de lanza, flechas, fíbulas, hebillas, etc.) que también tenía con él. Hace tiempo que los psicólogos demostraron que tenemos la tendencia a ser ciegos a nuestros propios defectos mucho más de lo que pensamos. Así, cuando creemos que nuestra capacidad mental es extraordinaria, sobreestimando nuestra inteligencia, caemos en el fenómeno conocido como el efecto Dunning-Kruger. Estos dos investigadores (Dunning y Kruger) descubrieron que, al intentar evaluar el nivel de desempeño en una actividad determinada, los participantes que eran menos habilidosos tenían un doble de déficit. Por ejemplo, los cazadores más ineptos en el manejo de un arma, también son los que menos conscientes son de su mala pericia. O sea, no sólo eran los más incompetentes, sino que carecían de las herramientas mentales para juzgar la propia competencia. Porque cuanto más tontos somos, más inteligentes nos creemos. Este efecto bien podría explicar la autoestima desmedida de algunos amigos de lo ajeno como el ladrón de la falcata. Y es que, con frecuencia, la inteligencia es un proceso cíclico: cuando te pasas de listo, vuelves a ser tonto. www.carloshidalgo.es

Deja un comentario

× Contacta