CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Efecto halo en la comida

Efecto halo en la comida

Con el creciente interés por tener una vida saludable, la alimentación inteligente se ha convertido en una tendencia, buscando tomar decisiones informadas sobre lo que se come, desde la calidad, hasta el origen y beneficio de los alimentos. Pero no todas las decisiones sobre lo que comemos son tan racionales como creemos. Hay veces que el cerebro nos la juega sin que seamos conscientes de ello, con un sesgo cognitivo, ese atajo mental que intenta simplificar nuestra vida diaria, buscando tomar decisiones rápidas y eficientes. Un ejemplo de este efecto halo en la comida, se daría cuando, incluimos un alimento saludable dentro de una copiosa comida, creyendo que compensamos los alimentos que hemos comido menos saludables, como cuando terminamos una comilona con sacarina en el café. Otro ejemplo, es la tendencia a considerar que alimentos etiquetados como “saludables” son mejores para la salud, sin analizar bien su composición. Así, cuando un envase está etiquetado como orgánico, bajo en grasa, sin azúcar o light, se asume que todo el producto es saludable. Sin embargo, esto no siempre es cierto, pues un producto bajo en grasa puede tener altos niveles de azúcar o sodio, lo que puede contrarrestar cualquier beneficio que ofrezca por ser bajo en grasa. Pero, debido al efecto halo, el consumidor lo percibe como más sano en general. Es más, en ocasiones, este efecto consigue que comamos más de aquello que se recomienda comer menos, como cuando en vez de un donut “normal”, nos comemos dos o tres, porque son light. Y es que, sin una buena educación alimentaria, corremos el riesgo de comer más y peor. www.carloshidalgo.es

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