CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

el arte de kintsugi

 EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO             Artículo de opinión     13/12/2020

El arte del Kintsugi

El kintsugi, traducido poéticamente como “carpintería dorada”, es el arte tradicional de reparar piezas de cerámica rotas con resina espolvoreada con oro, plata o platino. En lugar de usar un pegamento discreto, los artesanos utilizan un esmalte especial que da como resultado unas hermosas “costuras” que hacen que las grietas de la pieza brillen, dándole un aspecto único. Este arte nace en Japón, en el siglo XV, cuando el shogun (general nombrado directamente por el emperador) Ashikaga Yoshimasa, envió a China dos de sus tazones de té favoritos para ser reparados. Los tazones volvieron reparados, pero con unas feas grapas de metal que los volvían toscos y desagradables a la vista. El shogun se disgustó y buscó artesanos japoneses que hicieran una reparación que fuera agradable a la vista, dando así con una nueva forma de reparar cerámicas convertida en arte pues, al terminar el proceso, la pieza vuelve a la vida con unas bellas cicatrices. La técnica fue tan apreciada que se acusó a gente de romper la cerámica aposta para luego repararla con dicho método, dándole así un nuevo valor pues se aprecia mas una pieza reparada que una que nunca se rompió. Metafóricamente, el kintsugi es también una filosofía de vida que argumenta que las cicatrices forman parte de nuestra vida, nos hacen únicos y definen nuestra identidad, por lo que no hay que ignorarlas, esconderlas o disimularlas. Aplicada a la vida cotidiana, cada golpe, cada desdicha, cada contrariedad superada nos aporta valor convirtiéndonos en mejores personas. Debemos aceptarnos como somos, con nuestros desperfectos y heridas, pues las cicatrices también son parte de nuestra historia. En esta filosofía, en lugar de que un objeto roto deje de servir, su función se transforma en un mensaje activo pues la herida pasa de ser un trazo de oscuridad a ser una ventana de claridad. Porque todos tenemos alguna grieta y, muchas veces, es por ahí por donde entra la luz. www.carloshidalgo.es

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