EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo de opinión 24/10/2021
EFECTO ESPECTADOR
La pasada semana, una mujer sufrió una violación en un tren de cercanías en los suburbios de Filadelfia. Un empleado de la Autoridad de Transporte del Sureste de Pensilvania, que se encontraba en las inmediaciones al paso del tren, llamó a la policía para informar de que “algo no iba bien” con una mujer a bordo del tren. La policía detuvo el tren en la siguiente estación socorriendo a la mujer agredida y deteniendo a un hombre de 35 años como el presunto violador. Lo más llamativo del caso es que la agresión sexual se produjo en presencia de otros pasajeros que no hicieron nada por evitar el ataque. Revisado el video de vigilancia del vagón, se observa a bastantes personas sin intervenir para atajar el abuso. Preocupante y lamentable. El efecto espectador, también conocido como “difusión de la responsabilidad”, es el fenómeno que se produce cuando, ante una situación de emergencia, los espectadores no prestan ayuda creyendo que otros lo harán por ellos. Al contrario de lo que pueda parecer, a mayor número de espectadores observando a alguien en peligro, menor es la probabilidad de que alguien asuma la responsabilidad de dar el primer paso para ayudar a esa persona. Así, la responsabilidad se distribuye entre todos los espectadores de forma que cuantos más haya, menos compromiso siente cada uno de ellos. La explicación más común de este fenómeno es que, con otros presentes, los observadores asumen que otro intervendrá y, al final, todos se abstienen de hacerlo. De alguna forma, el grupo hace que se difumine la responsabilidad. Es como si la presencia de otras personas inhibiera nuestros propios comportamientos de ayuda, pues el hecho de que no ayudar es un acto de conformidad con el resto de gente. En definitiva, tal como dijo el escritor irlandés Edmund Burke: “Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada”. www.carloshidalgo.es