La semana pasada un joven español de 25 años causó un gran revuelo, en La Galería de los Uffizi de Florencia. Cuando se encontraba contemplando El Nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, se desnudó, se puso de rodillas frente a la pintura y comenzó a lanzar pétalos de rosa, emulando las flores que caen sobre la diosa que surge de las aguas sobre una concha (motivo propio del cuadro). Con la sala llena de gente, pronto las redes sociales se hicieron eco de lo sucedido mientras se publicaban fotos del joven. Los vigilantes avisaron a los Carabineros que cubrieron con una sábana al español y se lo llevaron a comisaría acusado de comportamiento obsceno. Mientras procedían a su detención éste no paraba de gritar freedom (libertad). El director del museo Antonio Natale, confirmó a los medios la noticia, mientras aseguraba que no hubo problemas mayores, ni daños y bromeó al decir que quizá resultó afectado por el Síndrome de Adán, refiriéndose sin duda a la desnudez del turista. En realidad, este Síndrome procedente de la Biblia, alude a la sensación de culpa que puede surgir tras haber quebrantado una norma básica de conducta. Y es que, para ser viejo y sabio, primero hay que ser joven y estúpido. Lo cierto es que todas las personas, en mayor o menor medida, podemos experimentar sentimientos de culpa en ciertas ocasiones. Es un sentimiento sano, entendiéndolo como una emoción que regula y tiende a la evitación de daños futuros. El problema surge cuando esta emoción invade constantemente a la persona y condiciona su vida y sus decisiones.www.carloshidalgo.es