LOS ELEMENTOS DE LA FELICIDAD
Se comenta que a Martin Seligman, uno de los fundadores de la psicología positiva le gusta jugar al Bridge. Durante una de sus partidas, y traicionado por la deformación profesional, comenzó a preguntarse por qué muchos de sus amigos seguían jugando cuando le parecía obvio que no disfrutaban del juego. Según su apreciación no sonreían nunca, ni siquiera cuando ganaban, ni tampoco jugaban por dinero, ni para hacer amigos, ni siquiera disfrutaban al tener una buena mano. Parecía que la única motivación que les movía a continuar jugando era ganar por ganar. Algo parecido a lo que los griegos llamaban eudaimonia, (bienestar, plenitud y paz interior), es decir, la felicidad. Fue el propio Seligman el primero en designar cinco elementos que él consideraba imprescindibles para lograr este bienestar personal: buscar emociones positivas, estar comprometido con lo que se hace, tener buenos amigos, conciencia del sentido de la vida y autorrealización personal. Opina que si el ser humano sólo buscara emociones positivas hace tiempo que se hubiese extinguido. Como ejemplo pone la descendencia, pues si sólo se buscara buenos momentos (emociones positivas), probablemente no se tendrían hijos, pues también acarrean una preocupación importante. En cambio, se tienen hijos porque proporcionan, aparte de buenos momentos, otras cosas como compromiso y sentido a la vida. Fue Aristóteles, quizá el filósofo más influyente de todos los tiempos, quien desarrolló un sistema basado en la virtud como pieza clave para alcanzar el estado de equilibrio emocional. Para él, la virtud era una posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto, creyendo que una vida de abstinencia no conduce a la felicidad, pero tampoco una vida hedonista, pues los excesos suelen generar esclavitud hacia el placer y vacío existencial. En definitiva, parece que la felicidad es el resultado de una manera de vivir que llega cuando somos capaces de desarrollar nuestro potencial como persona. www.carloshidalgo.es