EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo de opinión 03/04/2022
LA IRA
¿Quién no conoce la historia acaecida en la entrega de los premios Óscar, el pasado domingo, en el Dolby Theatre de Los Ángeles? El presentador de uno de los premios, Chris Rock, hizo alusión a la calvicie de Jada Pinkett, que padece alopecia areata (enfermedad autoinmune). La actriz, responde al comentario con un gesto de desagrado y hartazgo, mientras las cámaras muestran a su marido, Will Smith, sonreír de manera forzada. A los pocos segundos, Smith cambia su estado emocional, sube al escenario y abofetea al cómico. Cuando vuelve a su asiento grita iracundo, en varias ocasiones, que no mencione más el nombre de su esposa. Minutos después, Smith gana el Oscar a mejor actor y durante su discurso de agradecimiento justifica su acto argumentando que el amor puede llevar a cometer locuras. El chiste fue de mal gusto, machista e impresentable. La reacción violenta del ganador del Oscar incorrecta. Este hecho nos recuerda que hay emociones primariasque, en situaciones de tensión, pueden jugarnos una mala pasada, a no ser que tengamos un buen autocontrol. Una emoción es una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, como reacción biológica ante un estímulo externo. Las emociones tienen lugar en las regiones subcorticales del cerebro, en la corteza prefrontal y en la amígdala. Ahí se encuentran el miedo, la alegría, la sorpresa, el asco, la tristeza y la ira. Precisamente esta fue la emoción que se apoderó del actor. Un ataque de ira es la consecuencia de un episodio de enfado donde la persona ante una humillación, descontento oinjusticia reacciona de forma violenta. Los estudios demuestran que una emoción dura, de media, 90 segundos, justo el tiempo que duró toda la secuencia. La emoción ocurre irremediablemente, lo que sí se puede controlar es la conducta asociada a dicha emoción. Como diría el maestro de Kung-fu: Para ser un buen guerrero hace falta cultivar la templanza “pequeño saltamontes”. www.carloshidalgo.es