CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

la soberbia

La soberbia

El estudio de los rasgos de la personalidad es uno de lo que más interés despierta en el ámbito de la psicología. En el caso que nos ocupa, los rasgos de personalidad que definen a las personas soberbias están especialmente relacionados con dos características: la megalomanía y el narcicismo. Cuando hablamos de megalomanía nos referimos a un patrón caracterizado por un sentido de grandiosidad y auto-bombo máximo, con una necesidad insaciable de atención. En otras palabras, un delirio de grandeza, con un sentido exagerado de autoestima, poder e importancia. Por otro lado, el narcisismo se refiere mas a una abrumadora necesidad de admiración por parte de los otros y a una falta total de empatía hacia los demás. Las personas narcisistas a menudo creen que son de vital importancia en la vida de todo el mundo, creyendo tener siempre más valor que el resto de los mortales. Ambas dimensiones psicológicas (megalomanía y narcicismo) están tan vinculadas entre sí que terminan convirtiendo a una persona en soberbia. Algunas características que presentan las personas soberbias es la de que creer que están casi siempre en lo cierto, la de estar pendientes de su imagen pública de manera enfermiza y la de pensar que nunca se les presta la atención suficiente, encontrando fácilmente una excusa para enfrentarse al otro, pudiendo llegar a enfadarse mucho por detalles nimios. En definitiva, hablamos de una arrogancia extrema, junto a una creencia de superioridad y autoconcepto exagerado que se manifiesta con afirmaciones excesivas y presuntuosas. Pero, la realidad es que el soberbio busca ocultar sus inseguridades, pues en el fondo sabe que no tiene la capacidad para cumplir con sus objetivos y teme ser avergonzado en público. Cómo si fuese un niño, sigue creyendo que puede y merece ganar siempre, lo que indica que en la base de su arrogancia se esconde una actitud infantil y un problema de autoestima e inmadurez. www.carloshidalgo.es

 

 

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