CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La virtud de la puntualidad

LA PUNTUALIDAD

Como dijo el gran poeta francés Nicolas Boileau: Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la mente de quien la espera”. Y así es. Cuando esperamos a alguien vamos recordando lo peor de él, en progresión aritmética, según se alarga el tiempo de espera. Y es que por increíble que parezca hay gente que siempre llega tarde a las citas, a pesar de su planificación y de mirar constantemente el reloj. Hace unos meses la ciencia intentó desentrañar el motivo por el que algunas personas no tienen una capacidad normal para percibir el tiempo de manera precisa. Así, la Universidad de San Diego llevó a cabo un estudio que reveló que existen dos tipos de personas: unas que tienen una capacidad normal para percibir el tiempo de manera precisa, y otras a las que les cuesta más, percibiéndolo de forma más lenta. Los psicólogos también apuntan en la misma dirección sosteniendo que los impuntuales lo son porque piensan que pueden hacer más cosas de las que realmente pueden hacer con el tiempo del que disponen. En psicología, este fenómeno es conocido como la Falacia de la planificación, esto es, la tendencia de algunas personas a percibir el tiempo que emplean en determinadas tareas más breve de lo que en realidad es, por lo que piensan erróneamente que esas tareas les llevarán menos tiempo del que realmente les ocupan. No obstante, hay gente que no tiene perdón divino pues llegar tarde es una forma de decir que su propio tiempo es más importante que el tiempo de la persona que espera. www.carloshidalgo.es

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