CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Luz de gas

LUZ DE GAS

Ciertamente no estoy al día de las noticias de la prensa rosa, pero es muy difícil pasar por alto el serial relatado por Rocío Carrasco en el documental Rocío, contar la verdad para seguir viva. “Estás chiflada”, “las hormonas del embarazo te están afectando a la cabeza”, “haces dramas de todo”, “los celos te volverán loca” … y otros insultos y lindezas son algunos de los ejemplos que, según la protagonista, le espetaba su exmarido Antonio David Flores, en su segundo embarazo. Este testimonio ha sacado a relucir el maltrato psicológico conocido como luz de gas o gaslighting. Este, es un tipo de abuso psicológico en el cual se manipula y modifica la percepción de la realidad que posee otra persona, normalmente la pareja. Se busca, a partir de hacerles dudar de sí mismos y de sus creencias, dañar la autoestima y anular su personalidad. No deja de ser una perversa forma de violencia que, mediante el ejercicio de un acoso sutil y repetitivo, genera tal confusión que la víctima cree que se está volviendo loca, llegándose a sentirse culpable de la conducta violenta del maltratador. El término proviene de la obra teatral Gaslighting donde se relata la historia de un hombre que trataba de convencer a su esposa de que estaba loca. Para ello, le escondía ciertas pertenencias y atenuaba las luces de gas, haciéndole creer que brillaban con la misma intensidad de antes. Esto hacía que ella creyera que tenía problemas de cordura. Por definición, las personas que practican luz de gas son narcisistas y ególatras, acostumbradas a manipular los sentimientos de los demás. La víctima no solo se siente triste, insegura e inferior, sino que se pregunta si es débil o si en verdad es una amargada, como le intentan hacer creer. Si por desgracia lo relatado por Rocío es cierto, le queda mucho trabajo por delante, a nivel psicológico, para lograr recuperar su estabilidad emocional. www.carloshidalgo.es

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