EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 3/9/2023
Modo Monje
Septiembre no es un mes corriente pues supone el final del periodo vacacional y la vuelta a la rutina. Independientemente de que los estudios demuestren o no la existencia del síndrome postvacacional, la realidad es que la vuelta de vacaciones, junto con el regreso a la rutina, nos suele costar un poco a todos. A pesar de que es cierto que hay personas que aprovechan este mes para marcarse nuevos objetivos, la verdad es que, en muchos casos, no suelen conseguirlo debido a la procrastinación. La RAE define la procrastinación como la acción de aplazar una obligación, o coloquialmente, como el arte de postergar una tarea, pues se priorizan distracciones que no aportan nada, convirtiéndose en la peor enemiga a la hora de trabajar, estudiar o instaurar una rutina saludable. En la actualidad, ha surgido una alternativa a la técnica Pomodoro o al método Feynman, es la llamada Modo Monje. Es de sobras conocido la capacidad que tienen los monjes para desconectar, de todas las distracciones que les rodean, centrándose por completo en sus prácticas espirituales y de aprendizaje. Modo monje, en el contexto de evitar la procrastinación, se refiere a un enfoque altamente disciplinado para poder instaurar hábitos saludables. Decidir hacer un cambio sin una planificación previa acaba, en la mayoría de los casos, en fracaso y abandono del cambio de rutina. Por eso, lo primero es establecer metas claras, definiendo objetivos específicos y alcanzables. Es fundamental diseñar un plan a seguir, así como plantear unos resultados a obtener, pues al poner el foco en la meta, se valora el progreso realizado. A esto hay que añadir la implantación de un horario realista que incluya descansos estratégicos que ayuden a mantener la concentración a largo plazo, evitando el agotamiento. Por último, conviene conectar entre la tarea que se realiza y las metas personales, pues aumenta la motivación intrínseca. Y es que la clave para iniciar algo es dejar de hablar y ponerse a realizar, porque un viaje de mil millas comienza con el primer paso (Lao-Tsé). www.carloshidalgo.es