Ser ambivertidoEs habitual que, cuando preguntamos por la personalidad de cada uno, diferenciemos entre introversión y extraversión como dos categorías independientes, valorándolas como una dicotomía: o eres una cosa, o eras la otra. Pero, como todo en la vida, nada es blanco o negro, ningún temperamento se puede situar 100% en una categoría. El término ambivertido se utiliza para nombrar un rasgo de personalidad que expresa características tanto de la introversión como de la extraversión, es decir, es un punto medio entre ambas. Para entender este concepto, debemos discernir la introversión y la extraversión, no como categorías independientes y separadas, sino como polos de una misma dimensión, dando la posibilidad de que las personas se sitúen en este continuo y siendo habitual presentar atributos de ambas categorías. Los introvertidos, están más vinculados a la introspección, mostrando un mayor interés y atención a su mundo interior, están centrados principalmente en sus propios pensamientos y emociones. Por su parte, los extravertidos muestran un mayor interés por el conocimiento del mundo exterior y por las relaciones sociales. Se considera que la ambiversión es un rasgo más funcional, puesto que permite al sujeto ser flexible, mostrando distintos modos de actuación, y pudiendo adaptarse a las distintas situaciones que se le presenten. Así, una de sus características es que pueden alternar entre comportamientos introvertidos y extravertidos según la situación, por mor de su adaptabilidad, pudiendo actuar de manera diferente según el contexto en que se encuentre. Una criatura mitad fiesta, mitad siesta, que desafía las categorías convencionales, como si estuviera jugando al ping-pong emocional consigo mismo, y ambos lados siempre parecen estar ganando. www.carloshidalgo.es