CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Síndrome del ocio

EL SÍNDROME DEL OCIO

La llegada del verano, y con él las vacaciones, suele ser sinónimo de relajación, disfrute y desconexión. No obstante, hay un numeroso grupo de personas que sufren el llamado síndrome del ocio, que aflora cuando se enfrentan a periodos largos de tiempo libre y no saben cómo desconectar de sus responsabilidades diarias. Llegados a este punto, más allá de evadirse y pasarlo bien, suelen sufrir estrés, ansiedad y frustración, pudiendo incluso enfermar. Uno de los factores que influyen en esta dificultad para evadirse tiene que ver con el modo de funcionar de la sociedad occidental actual. En general, estamos centrados en una manera de vivir enfocada en el hacer, en la productividad, en la constante realización de tareas y, como consecuencia, en el momento en el que hay vacaciones y hay que parar, la persona no sabe muy bien que hacer. Este síndrome tiene una mayor presencia en quienes sufren una gran carga de trabajo o soportan mucha responsabilidad, y también en personas perfeccionistas y autoexigentes que anteponen el trabajo a su propio bienestar. Hay quien cree que desconectar se consigue solo con dejar de trabajar. Pero esto no es tan fácil. Metafóricamente, es como dejar de pedalear cuando vamos a gran velocidad. No se puede frenar en seco, pues la inercia lleva a nuestra mente a buscar en qué ocuparse y mantener la misma energía a la que está acostumbrada, aferrándose a las preocupaciones y a la búsqueda de tareas pendientes. Por eso, la primera idea que hay que “desaprender” es dejar de pensar que estar descansando, o permanecer sin hacer nada, es estar perdiendo tiempo o vida. www.carloshidalgo.es

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