¿Suerte o azar? La suerte y el azar son palabras que se usan con frecuencia como sinónimos en situaciones fortuitas, a pesar que de manera sutil, existan diferencias entre ellas. La suerte es una interpretación subjetiva de eventos aleatorios como el porvenir o el destino. Por ello se asocia a ella amuletos que tienen el fin de atraer la suerte, como un trébol de cuatro hojas, una herradura, un elefante con la trompa hacia arriba o una mano de Fátima. El azar es objetivo, no depende de la percepción humana, como lanzar una moneda al aire o tirar un dado. Por lo tanto, la suerte es específico de la persona y el azar la constatación de que muchas circunstancias de la vida son aleatorias. Aunque hay un ejemplo donde ambos conceptos se conjugan. Éste sería el caso de Bill Morgan, un camionero australiano que tuvo un terrible accidente, del que sobrevivió milagrosamente. Tras 12 días en coma, los doctores se sorprendieron al despertar, de que no tuviera ninguna secuela. A los pocos días, acudió a un puesto de lotería y compró un “rasca y gana” resultando premiado con un coche valorado en 30.000 euros. Una televisión local se interesó por su historia y pidió recrear el momento de la compra del boleto, de tal forma que volvieron al local donde lo adquirió. Mientras las cámaras grababan, Bill entró en el comercio y compró un segundo boleto, que salió premiado con 250.000 dólares. Azar, suerte, casualidad, ventura, destino, potra, chorra, … todo junto y a la vez para el bueno de Bill. A pesar del todo, conviene no dejar nunca la suerte en manos del azar. www.carloshidalgo.es