TEDIUM
A lo largo de la historia, el aburrimiento siempre se ha considerado como una incomodidad trivial y pasajera, que puede ser aliviada con un simple cambio de las circunstancias, pero según las investigaciones mas recientes el tedio es un factor a tener en cuenta pues puede llegar a producir problemas importantes tanto en la salud como en el bienestar de la personas. Por ejemplo, hay estudios sobre el comportamiento financiero que muestran que muchos accionistas compran o venden sin una razón objetiva, simplemente porque se aburren, con el consiguiente riesgo para su economía. Otras publicaciones aseguran que una de las razones que mueve a los jóvenes a coquetear con el alcoholismo o las drogas es precisamente el aburrimiento. Y es que es una realidad que en la última década ha habido un crecimiento exponencial del número de adolescentes que sufren un estado habitual de aburrimiento, con los problemas de conducta que suelen derivarse de ello. Mucha gente se pregunta cómo es posible que los adolescentes se aburran con la cantidad de recursos que actualmente tienen a su disposición para divertirse en su tiempo de ocio. Este comportamiento paradójico se explica porque el tedio se suele producir por una abundancia mal asimilada. Es un hecho que los jóvenes viven con un ritmo febril su vida, con aceleración y desasosiego, olvidado que muchas ilusiones brotan en el tiempo de espera. Debemos evitar el error de pensar que quien vive el doble de rápido puede disfrutar de la vida el doble, pues una vida plena no se mide en términos de cantidad sino de sentido. Esta aceleración en que se vive arrebata toda posibilidad contemplativa y la capacidad de disfrute. Así, los acontecimientos ocurren con tanta rapidez que pasan sin dejar huella, sin llegar a convertirse en experiencias, por lo que se vive sin vivir. Y, no se vive más por hacer más. Se vive más cuando se disfruta más. www.carloshidalgo.es